El perro de Narciso.
Después de una extenuante rutina de ejercicios en el gimnasio, Narciso se masturba mientras toma una ducha, piensa que su auto erotismo es la mejor opción porque nadie merece disfrutar de la perfección de su cuerpo.
Libera de sus cadenas a su perro, un rottweiler al que mantiene prisionero para aumentar su bravura, sujeta a la bestia con cadenas de pandillero; antes de salir de su casa se mira en los espejos que decoran su casa en perfecta sincronía que le permite verse a sí mismo reflejado en varios espejos a la vez, se contempla así mismo y disfruta de la belleza reflejada en el cristal, sale de su casa vestido con su camisilla blanca siguiendo el buen estilo de Fredy Mercury, flexiona sus brazos solo para tener el gusto de ver sus desarrollas bíceps, forjados con grandes jornadas de trabajo y muchas inyecciones de esteroides.
Hombre y Bestia adoptan similares formas de andar, el uno es la extensión del otro, juntos forman un solo organismo; parejas así, es muy común encontrarlas en los parques por las tardes; rodeados de multitudes, se alimentan de las miradas de la gente, no miran a nadie porque saben que son observados, la musculosa figura y la descomunal bestia se muestran imponentes y amenazantes, despojados del bozal y encadenado a su mano, el mastín se muestra amenazante junto a su amo que camina lento con sus botas de militar, el objetivo es caminar despacio para darle la oportunidad a los transeúntes de observarlos.
El Homo sapiens no solo se expresa con palabras, también tiene otras maneras de exteriorisar lo que siente, lo que piensa y como quiere ser apreciado y visto, los perros son la mejor forma de ser reconocidos e interpretados
La naturaleza es diversa y aleatoria, ha creado infinidad de razas de caninos; son como los fonemas representados por símbolos para que el hombre se exprese a través de ellos y pueda escribir sin dificultad lo que siente y piensa para que todos conozcan el contenido de su alma con solo mirarlo.
El perro de Narciso siempre es igual a su amo, decorado con cadenas y adornado con músculos.
Estos personajes inundan los parques y las esquinas de las grandes avenidas.
Se fortalecen con las miradas, se alimentan al ser apreciados.
Esta unión es esquizofrénica, gracias a este quid pro quo; entre hombre y animal las dos especies se expresan juntas, el hombre se manifiesta a través del canino incluyendo su sexualidad, y el animal se aferra al hombre quien le garantiza supervivencia sin tener que cazar.
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