George Rodonaia y su regreso a la vida después de tres de días de muerto.
Por un día más y
le gana a Lázaro, el resucitado a quien el Cristo regresó cuando su cuerpo, aun impregnado con los malos olores de la muerte, se
levantó y caminó para dar testimonio de la grandeza del profeta judío; pero no es el único caso en donde se derrota a
la muerte; también lo hizo Apolonio
de Tiana en las calles de Roma, cuando hacía
detener los lánguidos cortejos, para que todos vieran a los resucitados con
sus vestimentas de muertos, levantarse y
caminar de nuevo con los mismos bríos y con la misma gracia que lo hacían cuando
estaban vivos.
George
Rodonaia es doctor en medicina y además tiene un
doctorado en neuropatología, así como un doctorado en psicología de la religión;
estuvo solo a un día de igualar el
tiempo de permanencia en las encrucijadas tenebrosas de la muerte, en donde estuvo Lázaro por cuatro días; su
cuerpo conservado en los fríos depósitos de la morgue después de haber sido
declarado muerto por los médicos que atendieron al agonizante hombre que llegó arrollado por un automóvil en los tiempos
siniestros de Unión Soviética; su cuerpo fue almacenado en los fríos congeladores
de la morgue a la espera del dictamen legal que hurgaría en sus entrañas la
causa de su final. A los tres días de
muerto, su cuerpo congelado reaccionó con movimientos imprevistos ante el filo escrutador
del escarpelo; el sorprendido médico que se disponía a realizar la autopsia de
rigor, notó señales de vida en el gélido cadáver que regresaba de la muerte mas
vivo que nunca y con muchas experiencias por narrar.
El caso de Rodonaia sorprendió
a los médicos y más cuando empezó a narrar su experiencia de resucitado; les
dijo a todos que durante su permanencia en la fría cubeta de la morgue su
conciencia conservó la individualidad de médico y ateo convencido; narró sin
espavientos los entramados felices de la muerte, se vio a si mismo con su naturaleza
incorpórea; percibió con los ojos del alma la cegante luz que invadía los
recodos infinitos de su estadía, disfrutó de la ingravidez de su existencia, escuchó las voces y canticos sin sonido que llegaban de todas partes en una
hermosa sinfonía de luz desgarradora, disfrutó de la individualidad que
conservaba los mismos rasgos de su personalidad de medico humanista a pesar de
encontrarse en un estado incorpóreo y su conciencia permanecía invicta en aquel
reino de luz, muy lejos de los reducidos
limites cerebrales que limitan la
capacidad cognitiva, donde pasado, presente y futuro desaparecen para dar paso
a la inmediates de la existencia.
El caso del doctor Eben
Alexander también se queda en los plazos de tres días que da la muerte para
regresar de su mundo de luz, este médico neurólogo, de gran prestigio
profesional y académico, describe su experiencia de coma profundo sin
esperanzas de regreso por culpa de una meningitis, el medico también regresó con
los ímpetus renovados que tienen todos los resucitados desde los tiempos de Lázaro;
escribió sus experiencias de existencia incorpórea y sus vivencias etéreas en
el reino en donde solo le esta permitido a ingresar a la conciencia cuando se
despoja del cascaron perecedero que nos degrada en el imperfecto mundo de los
vivos. El medico reflexiona y afirma que el cerebro es como un sol que nos
impide ver las estrellas en el día, cuando la noche llega y el sol desaparece
podemos ver la infinita luz de las estrellas y el inconmensurable infinito que
nos rodea, el cerebro no es mas que una trampa de engaños y deformaciones que
nos tiene atrapados en mundo saturado de salvajes instintos y de pasiones
incontrolables, solo la muerte nos libera y expande nuestra conciencia fundiéndola
con el todo, de la cual hace parte, esto
lo describe en su libro magistral que fue récord de ventas en el mundo.
https://www.youtube.com/watch?v=1cljIXW_8Fo&t=15s
La ciencia que también
es una religión, porque se rige por dogmas
irrefutables, afirma que esto sucede porque el cerebro en su agonía genera
visiones y alucinaciones luminosas, debido a que los ojos en su despedida envían destellos
nostálgicos que luego son descritos por
los que regresan como experiencias místicas de mesías anunciadores del nuevo
reino de luz que nos espera al momento morir, no explican el porqué, de la permanencia de cuerpos atrapados por los
oscuros designios de la muerte que detienen sus infalibles aparatos que
certifican la vida y anuncian la muerte en los lúgubres pasillos de las
unidades de cuidados intensivos y que después regresan haciendo funcionar al Oxímetro de pulso, enloqueciendo a los monitores que marcan con sus
luces intermitentes en regreso de las palpitaciones ausentes; como
explicar el llegada triunfante de los muertos vivos que regresan llenos de
esperanza cuando son declarados oficialmente muertos; narrando las mismas vivencias de resucitados y
anunciado que dejaron de temerle al inevitable final que tienen los vivos.
¿ Porque continuamos existiendo
conservando nuestra individualidad en un estado en donde la tiranía del tiempo desaparece
y en donde el velo engañoso del cerebro es levantado para ver y sentir con la
experiencia del alma el verdadero estado de la existencia; en este estado de la conciencia la información
llega de manera instantánea sin usar los canales engañosos de la carne y se
despoja de la dictadura rectilínea del
tiempo, que desaparece para abrirle paso
a un instante sin tiempo, a un lugar sin espacio, a una conciencia expandida
liberada por completo de la rigidez sensorial que nos atrapa cuando estamos vivos.
En Los cuentos Proscritos,
libro de mi autoría los personajes experimentan los diferentes estados en que
la conciencia de los hombres puede transitar. Los invito a obtenerlo en:
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