La divina mente universal que conduce a las abejas, y los campos morficos de Rupert Sheldrake.

Tienen solo un millón de neuronas en sus pequeños cerebros; sin embargo, pueden realizar tareas con mayor precisión que nosotros; les estoy hablando de las abejas. ¿Son inteligentes estos animalitos? ¿Puede un cerebro tan pequeño albergar ese nivel de consciencia? La familia de las abejas muestra un lenguaje simbólico, percepción visual avanzada, pensamiento abstracto, toma de decisiones y planificación... se argumenta: "si la conciencia es una invención evolutiva, similar a las alas o los pulmones, que son útiles para muchos seres vivos, lo más probable es que sea útil para otros organismos". Como será la conciencia en las abejas, ellas se pueden orientar con una precisión asombrosa y se cree que reconocen los rostros humanos.

"La cognición es la transformación mental de la información sensorial en conocimiento del entorno, y la aplicación flexible del mismo", "Mientras que la cognición se centra en el proceso de adquirir dicho conocimiento, la inteligencia se refiere más a la capacidad de aplicarlo con éxito". Y en eso, pocos lo hacen mejor que las abejas.

¿Como puede un cerebro tan minúsculo, crear con precisión matemática el perfecto entrelazado geométrico que constituyen los paneles en donde guardan la miel recolectada?

 Desde su nacimiento y sin recibir instrucciones de sus mayores, las abejas tienen impregnados en sus cerebros el complejo conocimiento heredado de su especie, al parecer las habilidades matemáticas y geométricas que puede tener un niño de diez años para armar complejos rompecabezas, ya están establecidos de manera previa en sus diminutos cerebros. Los científicos han establecido que las abejas tienen un complejo lenguaje que involucra al olfato, visión y oído, se pueden comunicar en la penumbra y todo indica que por las noches se realizan concurridas asambleas o parlamentos en donde se discute lo ocurrido y se planea lo venidero.

Si nosotros aun no hemos podido descubrir el sistema perfecto de convivencia y el modelo social que nos garantice la no agresión y la perfecta distribución de la riqueza, para evitar las continuas fricciones que se dan en nuestras caóticas  sociedades humanas, tendríamos que tomar como ejemplo la organización perfecta entre las abejas que trabajan en  armonía hasta constituir un solo organismo colectivo compuesto de miles de cerebros flotantes y debidamente articulados para trabajar en un solo propósito, mantener a salvo a la colmena.

¿Como hace la naturaleza para construir y replicar complejos mecanismos de conocimiento en un pequeño cerebro de solo un millón de neuronas que son transmitidos de un individuo a otro?

La ciencia respondería que la mayoría de las conexiones neuronales programadas para realizar tan complejas tareas ya vienen establecidas en el minúsculo cerebro.  

Muchos científicos de avanzada, como Rupert Sheldrake afirman que no solo existe conciencia en el cerebro, sino que el conocimiento y la conciencia puede existir por fuera del reducido limite cerebral que comunica a todos los individuos de una especie, dando origen a una conciencia colectiva que trabaja para impulsar y dirigir a todos sus individuos. En su teoría afirma que las lenguas vivas son más fáciles de aprender que las muertas, y que los niños nacidos en la revolución digital se comportan como si ya conocieran de antemano los artificios de los aparatos modernos; para un adulto resulta difícil familiarizarse con la nueva tecnología y por eso recurren a sus nietos para ser conducidos en los complejos caminos de la nueva era tecnológica.

Rupert Sheldrake afirma de la existencia de un Campo mórfico que organiza no solo la construcción de los embriones, sino que caracteriza el ordenamiento de objetos inanimados como los cristales, lo que quiere decir que existe una inteligencia ordenadora con capacidades telepáticas que ordena y dirige todo lo que existe en el universo.

Son los registros Akásicos, la creencia oriental, de que el universo guarda en algún espacio sin lugar y en un instante sin tiempo todo lo ocurrido, lo que está sucediendo y lo que está por ocurrir; es el inconsciente colectivo de Jung, que afirma que gran parte de nuestras acciones son producto de un impulso universal que condiciona nuestros actos y destrona al ególatra libre albedrio.

Y si el pequeño cerebro de la abeja es solo un instrumento receptor del universal influjo que conecta las mentes maravillosas de todas las abejas; no es necesario tener un gran cerebro con miles de millones de neuronas, sino que un reducido número de ellas es suficiente para conectarse con la mente universal que al parecer dirige nuestros pasos.

 

En los cuentos proscritos, libro de mi autoría, “El Agorero de Clemencia” personaje principal tiene la facultad de recibir en su conciencia las emanaciones que contienen toda la información que conduce al universo, Puede ver con los ojos del alma todas las acciones de sus consultantes, porque todo lo que se hace o se deja de hacer queda registrado en la imborrable mente divina.

 

Adquiera su ejemplar de los Cuentos Proscritos en:

 https://www.amazon.com/s?k=cuentos+proscritos&i=stripbooks-intl-ship&__mk_es_US=%C3%85M%C3%85%C5%BD%C3%95%C3%91&crid=3HPL35T9KOEPO&sprefix=cuentos+proscr%2Cstripbooks-intl-ship%2C6671&ref=nb_sb_noss

 

 

Comentarios

Publicar un comentario

Entradas más populares de este blog

Los empalamientos del Salado.

Los exquisitos embutidos de carne humana que se vendían en Bogotá.

De Los eunucos y otras infamias.