Prahlad Jani, el asceta que no se alimentaba.

 

Prahalad Jani, más conocido como Mataji, es un asceta hindú que asegura no haber probado bocado ni haber bebido nada durante sus últimos 74 años; el Ministerio de Defensa indio,  lo observó durante dos semanas, el equipo médico comprobó que,  no solo consumió alimento alguno, sino que no excretó desecho alguno, acción que sorprendió al equipo médico que estudiaba su naturaleza de anacoreta, simplemente  porque es imposible que un ser humano resista tanto tiempo sin consumir alimentos y mucho menos agua.

Se observó la extraña propiedad de sus organos de reciclar la orina en un ciclo constante de alimentarse de sí mismo, no se observó materia fecal en sus intestinos, los demás órganos mostraban la naturaleza terrenal que tienen los otros vivos.

Prahalad Jani, afirma que la diosa hindú Amba,  se le apareció a sus siete años, y a partir de ese día dejó de alimentarse como todos lo hacemos; solo ingería el divino néctar a través de una apertura en su paladar, que lo sostendría hasta el último día, cuando se le dio por morirse de viejo en la soledad de su santidad.

Asumió la apariencia femenina de la diosa vistiéndose con túnicas de mujer, se hizo perforar la nariz con un aro que lo distinguiría para siempre como el único hombre sobre la tierra que despreciaba los alimentos de los vivos para sostenerse de las encumbradas fuentes de energía que vienen de las estrellas, que inundan todo el universo conocido y el que está por conocerse.  

Todas las religiones coinciden en la práctica de la abstinencia para alcanzar los estados elevados que nos hacen santos, los místicos de todas las religiones se refugian en la soledad de las cuevas, en la aridez de los desiertos, y como Palemón el estilita, el ermitaño que se hizo construir una torre en medio de la soledad y se postró en lo alto como una estatua viviente que los pelegrinos admiraban con devoción.

En la india es común observar ascetas viviendo sus vidas errantes entre cuevas o siguiendo el ejemplo del Buda, meditando sin alimentarse por largos periodos debajo de los frondosos árboles en busca de la iluminación, algunos martirizan sus cuerpos de pecadores con las púas del cilicio, como lo hacen los purificados Jesuitas; muy cerca de donde vivo, en la población de Santo Tomas, los flagelantes caribeños  de semana santa agradecen los milagros recibidos y los que están por llegar  con el azote del flagrum, exhibiendo en público sus cuerpos sangrantes y martirizados, pero purificados,  al igual que lo  hacían los primeros cristianos en las empedradas calles romanas.

 Los faquires indos caminan sobre clavos, los adoradores de María Lionza en Venezuela caminan sobre carbones encendidos sin sentir el más mínimo dolor en medio del éxtasis que les produce estar poseídos por la diosa de la naturaleza.

Pero ni siquiera el cuerpo terrenal del Cristo resistió en su peregrinación al desierto,  cuando acudió al reto tentador con el maligno; a los cuarenta días de ayuno tuvo hambre y sed, su naturaleza terrenal sucumbió ante la necesidad que tienen los vivos de alimentarse, Prahalad Jani lo superó, fueron 74 años sin consumir alimentos, solo sosteniéndose con las emanaciones universales del Prana, la energía eterna y etérea que impulsa a todo lo vivo, por eso Prahalad Jani tenía el hábito reptiliano de exponerse al sol para sostener su famélica existencia con la luz de la estrella madre.

 

La abstinencia y la soledad del místico es el camino más corto y tortuoso para alcanzar la purificación espiritual que es capaz de vencer los afanes repetitivos de los vivos que esclavizan el cuerpo de los hombres.   

En los cuentos proscritos el agorero de Clemencia al igual que el Yogui hindú tiene la facultad de no alimentarse y su constitución famélica le permite existir sin las acciones repetitivas que tienen los vivos, con un órgano sexual que no había vencido jamás la gravedad, porque su naturaleza perenne no necesitaba de vástagos regados por la tierra.

Adquiere tu ejemplar en:

 

 https://www.amazon.com/s?k=cuentos+proscritos&i=stripbooks-intl-ship&__mk_es_US=%C3%85M%C3%85%C5%BD%C3%95%C3%91&crid=2QG1OV60TGF68&sprefix=cuentos+proscritos%2Cstripbooks-intl-ship%2C201&ref=nb_sb_noss

 

 

 

 

 

 

 

  

Comentarios

Entradas más populares de este blog

Los empalamientos del Salado.

Los exquisitos embutidos de carne humana que se vendían en Bogotá.

De Los eunucos y otras infamias.