La novia de Puerto Colombia: Un fantasma exhibicionista
Algunas veces se rompen las reglas de las dimensiones que contienen las almas de los que ya se fueron, y gracias a un influjo desconocido que permite la condensación material de los muertos, transformando su naturaleza incorpórea; haciéndolos visibles con apariciones etéreas y pasajeras, que tienen el único propósito de que los recordemos con las vestimentas y la apariencia terrenal del su ultimo día, cuando la muerte les llegó en el instante que ellos menos la esperaban y se quedaron extraviados en la difusa línea que separa al mundo de los vivos con aquellos que ya se fueron, pero no para siempre.
La novia de Puerto Colombia se deja observar sin mayor esfuerzo; los habitantes de este municipio muy cercano a la alegre Barranquilla, han sido testigos de sus constantes apariciones, se deja ver con la blancura inmaculada de su vestido de novia; su frondosa cabellera que semeja las crines de un corcel en estado de reposo; el hermoso caudal de sus cabellos se dejan caer apacibles sobre sus espaldas, sin reaccionar siquiera a la los embates de la huracanada brisa que viene por los lados del viejo puerto; aún conserva el aura virginal de su velo que deja ver en su cara la angustia de los últimos instantes cuando se dio cuenta que la muerte le llegó cuando era la mujer mas feliz entre los mortales.
Se les aparece a los desprevenidos conductores con señales de aventón a la orilla del mismo sitio de siempre, quienes conocen su historia aceleran para escapar de la terrible aparición sin piernas que parece flotar a la vera del camino; cuando piensan que están lejos de la fantasmal visión, cuando se creen a salvo de la desilusionada mujer, la vuelven a ver de nuevo con serena apariencia de pasajero complacido en el asiento trasero de su vehículo; han sido muchos los conductores muertos en aquel trágico lugar, cuando presas por el espanto, reaccionan despavoridos y el miedo le hace perder los estribos empujándolos a una muerte segura; los encuentran destrozados por la fatalidad de un final instantáneo. En sus rostros se puede observar la misma aptitud de desconsuelo que tienen todos aquellos a quienes la muerte les llega en el instante menos esperado.
Los porteños dicen que es la novia vengándose de los conductores, que una lejana noche, en medio de una imprudencia de borracho, le quitaron la vida en un absurdo accidente de tránsito, cuando era la mujer más dichosa y se dirigía inmaculada y esplendorosa a su cita con la felicidad, en una pequeña parroquia en donde la esperaba ansioso el amor de su vida, un libanes de ojos beduinos y cabellos retorcidos que había conocido un año antes en una fiesta de carnaval.
Son muchas las apariciones en donde la naturaleza espectral de la bella mujer se deja ver; aún conserva la magnificencia sacramental que tienen las novias al llegar al altar, se deja filmar sin ningún temor y son muchos los videos que circulan en los teléfonos de los Universitarios que regresan por las noches a sus apartamentos comunitarios y llegan sin espavientos con la buena noticia que vieron a la novia deambular solitaria por la moderna autopista que conduce a Puerto Colombia.
Ya es un personaje más de la ciudad, como lo es María Moñito, el disfraz de carnaval que caracteriza a una loca encolerizada que invita al desenfreno en las fiestas de Barranquilla, todos los que llegan de visita a la ciudad quieren ver al descarado fantasma que ha perdido la decencia de los de su clase y se deja ver deambulante y serena en el sitio donde dejó de ser mortal.
De las apariciones más impactantes ( https://youtu.be/p-sSPj9fm8o ). Aquí se muestra solemne, se presenta ingrávida y serena, se puede ver la blancura resplandeciente de su vestido, la hermosa cabellera imperecedera que desafía las leyes tiránicas que nos someten, y son laxas y permisivas con la naturaleza inmaterial de la mujer que se muestra imperturbable para que todos la veamos en toda su grandeza fantasmal.
En los Cuentos Proscritos, libro de mi autoría; al igual que en la fatídica vía a Puerto Colombia, también existe un sitio de apariencia lúgubre y solitaria, en donde ocurren inexplicables accidentes de tránsito, en donde pierden la vida desafortunados viajeros; los lugareños afirman que es la presencia intemporal del maligno que ronda por el lugar cobrando la onerosa deuda de un pactante que lo engaño vendiéndole un alma exigua y fatua y son las almas de los accidentados que sirven de réditos para amainar la codicia del señor de la noche.
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,Magnífica descripción narrativa de la famosa novia de puerto Colombia
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